1947-1952
SEGUNDA EXPEDICIÓN ANTÁRTICA CHILENA
Y FUE AHÍ CUANDO COMPRENDÍ TODA LA GRANDEZA DEL MITO QUE SE HABÍA ENCARNADO NUEVAMENTE ENTRE NOSOTROS.
Adolf Hitler, el último avatâra (1984). Pág. 150.
1947
Recibe las credenciales de los medios de comunicación chilenos El Mercurio, Nuevo Zig-Zag y El Imparcial como su corresponsal en viaje a la Antártica.
Se embarca en la fragata «Covadonga» como miembro de la dotación de la segunda expedición chilena a la Antártica que zarpa de Valparaíso el 18 de diciembre.
Fue al navegar el canal Moraleda, en la Patagonia, donde experimenté la emoción de ver las cimas nevadas del monte Melimoyu… Era un día claro de sol y en la cubierta del buque me hallaba inmóvil y en éxtasis ante esa visión.
Memorias de él y yo. Volumen II (1997). Pág. 227.
1948
Participa en una expedición nocturna al mar de Weddell dirigida por el mayor Eduardo Saavedra Rojas del Ejército de Chile.
Es testigo presencial de la visita del presidente de Chile, Gabriel González Videla, el primer mandatario del mundo en visitar la Antártica, quien había llegado para inaugurar la nueva base O’Higgins el 18 de febrero.
Pronuncia un discurso con motivo del levantamiento de una cruz en la base O’Higgins.
En Santiago lee una conferencia en la que expresa que Hitler está vivo. Sus palabras fueron editadas por él como libro poco después bajo el título La Antártica y otros mitos.
Publica en la revista Estanquero diversas entrevistas que había realizado durante su estadía en la Antártica.
Nace su tercer hijo, Cristián Alvaro.
En el décimo aniversario de la masacre del Seguro Obrero, el 5 de septiembre, pronuncia un discurso titulado «Sentido de lo heroico» en el homenaje radial Heroísmo y juventud.
Empieza a escribir Ni por mar ni por tierra….
Desde mi peregrinación por el gran sur, la idea de escribir un libro con mis experiencias, mis sueños y visiones me perseguía.
Memorias de él y yo. Volumen II (1997). Pág. 259.
1949
Empieza su colaboración con la revista argentina de cultura Histonium y siguen apareciendo en Estanquero escritos suyos sobre la Antártica.
1950
Altamente reconocida y elogiada por la crítica y la sociedad chilenas como importante referente de la «Generación del 38», saca de imprenta bajo el sello Nascimento la primera edición de su obra Ni por mar ni por tierra… (historia de una generación).
Es contratado para dirigir el departamento de Relaciones Públicas de la empresa aérea Panagra, representada en Chile por Carlos Brunson.
Le regalé un ejemplar a Carlos Brunson, cuando fui a verle por primera vez en busca de trabajo. Leyó el título y exclamó:
«―¡Ni por Mar ni por Tierra!… ¿Por dónde entonces? ¡Por “Panagra”!… ¡Aquí tiene su trabajo!».
Memorias de él y yo. Volumen II (1997). Pág. 260.
Sobrevuela Río de Janeiro con la aviadora brasileña Anesia Pinheiro Machado.
1951
Viaja por primera vez a Europa acompañando al fotógrafo Mario Vargas Rosas y al director de la revista Vea, Mario Vergara Parada (delegados del Círculo de Periodistas de Chile), al Congreso Internacional de Periodistas que se iba a celebrar en Francia, donde asume la representación de El Mercurio.
Durante su estadía en Europa fue corresponsal en viaje de El Mercurio y de la revista Zig-Zag, publicando varios artículos sobre el viejo continente, como «La Panair, un congreso y un embajador», «Europa y Sudamérica» y «En el sector ruso de Berlín».
Visita por vez primera al escritor suizo Hermann Hesse y al literato italiano Giovanni Papini.
¡Berchtesgaden! Recorrí las ruinas de la casa, aún existentes… Yo trataba de rehacerla con la imaginación.
Memorias de él y yo. Volumen II (1997). Pág. 261.
Comienza a escribir Quién llama en los hielos.
Conoce en Santiago a Irene Klatt Getta, que tuvo un papel fundamental en su vida y a quien dedica gran parte de su obra.
1952
Renuncia a su trabajo en Panagra.
Escribe en Estanquero y redacta un prólogo para la edición de Nascimento de la obra Del mundo interior, del escritor chileno Roberto Otaegui.
Muere Irene Klatt Getta.
Desde ese día yo destruí todo, cualquier posibilidad de otro amor igual, hasta mi propio matrimonio. Nunca más he podido amar a nadie así. Solo he amado a Irene.
Memorias de él y yo. Volumen II (1997). Pág. 291.
Habiendo apoyado la candidatura de Carlos Ibáñez del Campo como presidente de Chile, tras su victoria es nombrado por este encargado de negocios en India.