«¿Dónde se guarda hoy el gral? Tal vez en lo más profundo del corazón».
Por años, Otto Rahn viajó e investigó en la región. Fue en verdad un precursor de la espeleología moderna. Su libro es sin duda un documento de la leyenda y también de la ciencia. Se basa en el poema del gral, Parzival, de Wolfram von Eschenbach (que también sirviera de base al Parsifal de Wagner), en la filología y en la literatura que sobre los cátaros existe. Conversa con los eruditos y los místicos del Languedoc, revisa los archivos, no deja nada por investigar. Luego, continúa su búsqueda a través de Europa y escribe un libro que hoy es «literatura prohibida»: La corte de Lucifer. Es imposible hallar esta obra en ninguna librería o biblioteca. Se la ha hecho desaparecer. Es también su último libro. Porque Otto Rahn se suicida, a la manera de sus héroes, poco antes de comenzar la Segunda Guerra Mundial. Voluntariamente, al parecer, se hiela en una montaña de los Alpes tiroleses, en la frontera actual entre Alemania y Austria. Mucho después, se le encuentra muerto, sentado sobre una roca, con el rostro apoyado sobre una mano y contemplando apaciblemente los glaciares. Otto Rahn tenía solo treinta y nueve años.
Un francés
He conversado largamente y mantengo correspondencia con René Nelli, erudito del catarismo y de la civilización y literatura de los trovadores provenzales, autor de Le Phénomène Cathare y L’Erotique des Troubadours, entre otras importantes obras. Fue él quien me dio a conocer a Otto Rahn. En su casa de Carcasona, rodeado de reliquias y de textos raros, en una atmósfera de antigua civilización occitana, me contó lo siguiente: «Si los alemanes hubieran ganado la guerra habrían reconstruido el castillo de Montsegur. Al cumplirse los setecientos años de la caída de Montsegur, el 16 de marzo de 1944, un avión alemán sobrevoló la ruina de Montsegur y trazó con humo en el cielo la cruz céltica. ¿Quién iba en ese avión? ¿Qué posible conexión pudo existir entre el nacional socialismo y los “perfectos”, los “puros” cátaros, que creían que este mundo era obra de Satán y solo aspiraban a dejarlo, hasta suicidándose en la «endura» (ayuno, penitencia extrema)?».
Un libro recién aparecido: Nuevos cátaros para Montsegur (Nouveaux Cathares Pour Montségur), de Saint-Loup (autor de El rey blanco de la Patagonia, La noche comienza en el cabo de Hornos, Desde el Aconcagua al cabo de Hornos, Los heréticos. Historia de la división SS Carlo Magno, Los voluntarios. Historia de la legión voluntaria francesa, Los nostálgicos, etcétera), pretende dar la respuesta. Dice que quien volaba sobre Montsegur era Alfred Rosenberg, el filósofo del nacional socialismo, autor de El mito del siglo XX.
Saint-Loup sostiene que Otto Rahn, después de la aparición de su libro Cruzada contra el grial, es decir, después de 1933, fue hecho miembro dirigente de las SS negras de Hitler ―orden secreta e iniciática, al estilo de los templarios, según Saint-Loup― y que, por instrucciones de Rosenberg, volvió a buscar el gral en las cavernas de los Pirineos, donde lo ocultaran los cátaros en el siglo XIII, después de la caída de Montsegur.
Siempre según Saint-Loup, Otto Rahn no encontró el gral.
Difícil es saber cómo Saint-Loup ha obtenido esta información. Existen coincidencias de un tipo más bien externo (hábitos negros en los cátaros y las SS; el castillo de Montsegur y el Nido del Águila de Hitler, en Berchtesgaden, etc.). Es cierto, se desconoce hasta la fecha lo que el catarismo realmente fue y lo que detrás de la orden SS negra funcionaba. Los más importantes documentos cátaros habrían sido quemados por la Inquisición (su tradición era más bien oral, como la védica), o se han hecho desaparecer voluntariamente. También los de las SS y los de los centros nacional-socialistas de investigación sobre la magia, que se constituyeron en Munich, por ejemplo. Se sabe de un profesor joven de la Universidad de Viena, erudito en magia, investigador serio en la historia de esta arte, que fue llevado por los alemanes a su instituto de Munich y no regresó a Austria después de la guerra. Nunca más se ha vuelto a saber de él.