En 2017, traducido por Joscelyn Godwin para la revista australiana New Dawn.
En el segundo tomo de las Memorias de él y yo, Miguel Serrano dejó testimonio de la experiencia más importante que tuvo durante su viaje a la Antártica, setenta años atrás.
Su trascendencia y significado lo explica en esa misma obra con las siguientes palabras:
La cosmogonía hitleriana me fue revelada en la Antártida, en 1948, poco después de terminada la gran guerra. Fue en mi búsqueda solitaria del perro perdido entre los hielos y en mi primer encuentro con el disco de luz increada. Más allá del pensamiento pensado y del recuerdo en el cerebro, la revelación fue instantánea, olvidada y recordada para siempre, de modo que solo hace viente años ha venido a emerger nuevamente, pudiendo recogerla en el «recuerdo no recordado» y trasncribirla en la «trilogía del hitlerismo esotérico». Pero fue allá, en la roca de Sils Maria, a los pies de Nietzsche, que resurgió, ampliándose.
Desde mi experiencia en los oasis de la Antártida, con la entrada a la «Tierra Hueca», a la «Otra Tierra», en el disco SS, para encotrar a Hitler, junto a los superhombres astrales, solo necesito abrir el cofre secreto de la revelación para revivir entera la Weltanschauung del hitlerismo esotérico, como réplica y ampliación del mito órfico y platónico.
Memorias de él y yo. Volumen 4, pág. 225.