Escritos

El gran símbolo de Hess no ha sido comprendido

Artículo

Rudolf Hess.

La Nueva Edad, núm. 2 (15-7-41).

Este es el significado de Hitler y de Alemania, en el momento actual. En un gran libro que anda en venta por ahí, Lo que Hitler me dijo, que para la gente inteligente es la mejor propaganda del reformador europeo, se lee: «Hitler explica cuál es su lógica: yo venzo a mis adversarios porque hago todo lo contrario de lo que ellos piensan. Porque mi lógica es distinta. Mi lógica es, si se quiere, la lógica del absurdo. ¿Qué diría usted si dos boxeadores se desafían y al subir al ring uno de ellos saca un revólver y mata al otro? Es absurdo, ¿no es cierto? Pues bien; pero ganó. Esa es mi lógica. Enviaré a donde mis enemigos a los emisarios más insospechados para cumplir con mis misiones».

Dentro del clima que Alemania retorna hoy al mundo, el vuelo de Hess es completamente lógico y hasta certero.

Hess ha volado a Inglaterra enviado personalmente por Hitler. Pero al mismo tiempo adelantándose al fracaso de la misión, la prensa del Reich crea la confusión en las interpretaciones y, aparentemente, lo desautoriza, tachándolo de idealista e iluso.

Ahora bien, ¿por qué Hitler ha enviado a Hess a Inglaterra? Para comprender plenamente el suceso, en sus repercusiones favorables en la estrategia, hay que ser casi un iniciado, o un artista, porque aquello se siente más exactamente como una evidencia intraducible. Es algo así como el virtuosismo en la concepción de las «quintas columnas». Pero yo me limito a comprender el hecho en sus proyecciones humanas e históricas y afirmo que es un símbolo que revela una de las más grandes tragedias de un gobernante y que toca el doloroso misterio de la historia.

Hitler es un hombre que en un momento dado ha comprendido que su destino está unido a la civilización occidental; pero que, al mismo tiempo, al realizar sus últimas formas, la supera, le abre las puertas a un mundo nuevo y diferente que la negará por completo, destruyéndola.

Es el destino que tiene que cumplir el pueblo alemán.

Yo, en aquel entonces, creía en la posibilidad de una alianza militar con Rusia, que representa el umbral del Asia y de lo otro, alianza que Hitler trataba de evita por último enviando a Hess para hacer que los ingleses comprendieran el sentido del misterio y lucharan junto a él contra el destino. Hess fracasó en este punto de su misión; pero Alemania se ha lanzado sola en la destrucción de aquello que aún no estaba maduro, es decir, de Rusia. Mas, a mi modo de ver, la cosa permanece igual, y en nada modificará el acontecimiento. A pesar de la derrota de Rusia, Hitler no conjura el peligro que al final se cierne sobre las formas añejas de la civilización occidental; porque él mismo pone ya los puntales de un mundo diferente, que después de un plazo lejano se volverá contra aquellas. Con la destrucción de Rusia y todo lo que ella significa, solo se quita del camino un escollo indefinido y totalmente falso, además que se le da a Europa las posibilidades económicas de bienestar que necesita para realizar esta última gran etapa de su destino.

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