1918, 1 de abril. Popeta, Chile.
Miguel Serrano con sus padres.
Miguel Serrano, que acababa de cumplir seis meses de edad, aparece acompañado por sus padres, Berta Fernández y Fernández y Diego Serrano Manterola.
Miguel Serrano con sus padres.
Miguel Serrano, que acababa de cumplir seis meses de edad, aparece acompañado por sus padres, Berta Fernández y Fernández y Diego Serrano Manterola.
Diego Serrano Manterola.
Retrato del padre de Miguel Serrano, quien era un niño de ocho años cuando murió (el 11 de junio de 1926, con apenas treinta y cinco, poco después de enviudar).
Miguel Serrano junto a su padre y a su abuelo.
Esta foto fue tomada poco antes del fallecimiento de su padre, Diego Serrano Manterola, y de su abuelo, José Miguel Serrano Urmeneta.
Miguel Serrano y la Generación del 38.
A fines de ese año, en el restaurante «Da Osvaldo» despidió a Santiago del Campo junto a algunos de los escritores de su generación literaria.
Con Oscar Pinochet, en la segunda expedición antártica chilena.
Sus respectivas gestiones por la Antártica han quedado para siempre grabadas en la memoria histórica de tan importante continente.
Como miembro de la segunda expedición chilena a ese continente.
Al fondo se divisa la fragata Covadonga en la que Miguel Serrano había llegado a la Antártica.
Primer tratado comercial con India.
Serrano firmó con el subsecretario del ministerio de Comercio, el señor Lal, el primer convenio comercial de India con un país iberoamericano. Le acompañaron los señores Zaliki, Desnaux y Pedro Álvarez.
Conversando con Jawaharlal Nehru durante una recepción oficial.
Una profunda y sincera amistad, que perduró por varias generaciones, unió a Miguel Serrano con el primer ministro de la India y su familia.
Junto a su esposa e hijos.
Esta fotografía ilustró una entrevista que Iván Robledo publicó en Zig-Zag el día 5 de enero. Desde la derecha: Carmen, Carmen Rosselot, Miguel Serrano, José Miguel y Cristián.
Miguel Serrano como embajador de Chile en India.
Foto oficial de su entrega de credenciales al presidente de la India, Rajendra Prasad.
Miguel Serrano conoce al dalái lama.
El encuentro se produjo el mismo día que este cumplía veinticinco años, recién llegado a la India después de su huída del Tíbet.
Miguel Serrano visita a Hermann Hesse.
Esta fotografía pudo haber sido tomada durante su último encuentro con este escritor y amigo (7 de mayo de ese año).
Publicada por Neue Zürcher Zeitung en julio de 1961.
Carta que, con motivo de la muerte del profesor Jung, fue dirigida por Miguel Serrano a Hermann Hesse y que en su homenaje este remitió a la prensa suiza.
Despedida de Miguel Serrano de la India.
En la estación de tren de esa ciudad es acompañado por Indira Gandhi, quien le lleva de regalo el bastón de sándalo de su padre.
Miguel Serrano y el presidente Tito.
Destinado a Austria como embajador, antes de partir, hace entrega a Josip Broz Tito de un cuadro de su amigo el pintor chileno Julio Escámez.
Saludo protocolar a Isabel II de Inglaterra.
También una inesperada conversación sobre el uniforme diplomático de Miguel Serrano, que había heredado de su abuelo materno, Joaquín Fernández Blanco.
Dolma y Miguel Serrano.
Esta perrita tibetana fue un regalo que le hizo el Dalai Lama poco antes de que en 1962 dejara definitivamente la India para servir a Chile como embajador en Yugoslavia.
En la casa-museo de Friedrich Nietzsche.
Durante su estadía de una semana, allí terminó la obra El cordón dorado, hitlerismo esotérico.
Con Jürgen Spanuth.
El pastor y filólogo austríaco le dedicó su libro Le Secret de l’Atlantide. Su obra le interesó mucho a Miguel Serrano; afirmaba que la Atlántida se encontró en el Polo Norte.
Miguel Serrano y el dalái lama.
Ambos habían participado en las exequias de Indira Gandhi, primer ministro de la India, que acababa de haber sido asesinada.
Miguel Serrano visita a Léon Degrelle en su casa.
La comunión de ideales y su admiración y lealtad irrestricta a Adolf Hitler ha unido por la eternidad a estos dos hombres valientes y ejemplares.
Conversación con su perro Thor.
Miguel Serrano estableció desde la más tierna infancia una estrecha y especial relación con los perros. Este fue su último pastor alemán, que vivió junto a él por casi quince años.
Avenida Alemania 5558.
En esta casa de la ciudad-puerto Miguel Serrano estableció su residencia hasta el año 2005.
Con Juan Diego Dávila.
Durante uno de los homenajes que realizaban cada 5 de septiembre a sus camaradas mártires del Seguro Obrero (1938), al pie del monolito levantado en su recuerdo en el Cementerio General.