Ya está disponible la tercera edición del primer libro de Miguel Serrano.
1938-2000. Sesenta y dos años, más de medio siglo. Este fue el primer libro que publiqué. Cuántas cosas pasaron desde entonces en la historia del mundo y en mi historia personal, habiendo también tomado parte activa en la del mundo. Esto ni siquiera me lo imaginaba a los veintiún años, aunque, al fondo, allí, en eso que se sabe sin saber, estaba seguro de realizar grandes cosas en esta vida. Seguridad de ser distinto, diferente, hijo de una patria mágica, maravillosa. Con esta fe absoluta conquistaría la tierra, como Iskander, como Alejandro. Y lo único que hoy siento es no haber muerto joven, como él. ¿Será que los dioses no me han amado lo suficiente? O será que ellos quisieron que yo siguiera «alentando y empobreciendo pasos en la tierra»*, para recordar a los que partieron y, al cruzar el nuevo siglo, quedarme «solitario como una montaña, diciendo la palabra entonces» y sentir que el corazón se me envuelve en la azul nostalgia («deshabitada») de todo aquello que ya no es más.
Abro entre las páginas de esta antología y leo los nombres de sus escritores. Todos ya se fueron, ninguno queda en esta tierra, salvo yo, para poder recordarlos, grabando en la roca de los Andes sus nombres con signos rúnicos, los que permitirán que el olvido sea derrotado y, conmigo, con mi amor por ellos, con mi estremecido recuerdo y mi agradecimiento, pasen a viajar en la luz de una estrella, para siempre.
«Todos ya se fueron», prólogo a la segunda edición (Beuvedráis, año 2000).
* Lo escrito entre comillas pertenece al libro Defensa del ídolo, del poeta olvidado Omar Cáceres.