Primera edición (español):
1950 (Nascimento. Santiago de Chile). 400 páginas.
Otras ediciones:
EB Libros. Santiago, 2017. ISBN: 978-956-9436-09-3.
Kier. Buenos Aires, 1979 (abreviado).
Trilogía de la búsqueda en el mundo exterior. Nascimento. Santiago, 1974 (abreviado).
Trilogia della ricerca nel mondo esteriore. Settimo Sigillo. Roma, 2015. ISBN: 978-88-6148-158-9.
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SÍNTESIS
Primera obra en grande del autor en la que abarca la historia de su generación, su propia biografía y la interpretación de Chile según su paisaje, único en el planeta. Este libro tuvo una enorme influencia en su propia generación (la del 38) y en las siguientes, siendo considerado extraordinario por la crítica y polemizándose sobre él por varios años.
FRAGMENTOS
¡Soñamos! ¡Sí, sobre altas colinas, y nuestros sueños abarcaron los tiempos y los siglos! Creíamos que bastaría un gesto para conquistar el mundo, al compás de una música gloriosa. Santos, locos y suicidas. Ideales tronchados, sueños rotos. Esta fue mi generación. Y desde ella, que es trémula y grande, yo parto y camino hasta el borde de los hielos, para hacer algo por los que después de mí vendrán; porque no quiero que ellos se encuentren un día con la dificultad y desesperación que nosotros hallamos. Soledad y olas negras golpean la noche, nosotros, los náufragos, miramos hacia adelante y no vemos aún a los que nos van a continuar. ¡Gastamos las energías de un siglo, fuimos la última cumbre antes del hundimiento!
Pág. 237.
Patria, tierra, ¿por qué te amo tanto? Montes venerados, ¿quién está adentro de vosotros?
Pág. 242.
Sentado en la arena, mirando las olas del Pacífico, sentía que una corriente me tiraba hacia el sur. ¡Cómo seguir, cómo perderme en sus confines! Deseaba navegar esas aguas sombrías y llegar ahí donde no sintiera más esa ansia agotadora.
En aquellos lejanos años de mi primer viaje a Chile yo nada sabía de la Antártica, nadie hablaba aún de ella y solo reconocía de pronto en mí esa intención de dejarme arrastrar, de recorrer una región llena de sombrías posibilidades. Era como si dentro del pecho alguien me estuviera llamando por mi nombre, una voz honda, melancólica, gritara en medio del viento.
Págs. 387-388.
CRÍTICA
«Extraordinariamente ameno, repleto de vida, dueño de una frescura que hace perder al lector el sentido literal de lo escrito, los propios cartabones de la lógica, para abandonarse a una irracionalidad telúrica, análoga a la que debe experimentar un pájaro cuando navega por la inmensidad del cielo».
Luís Merino Reyes en Las Últimas Noticias, 22-9-1950.
«¡Qué libro! Falta tiempo para señalar todos los rasgos originales, inesperados, sorpresivos que surgen aquí, asaltan allá, más lejos hacen sonreír, dejan, después, meditando… No se sabe cómo, Miguel Serrano salta sin transición ni violencia del rasgo físico concreto al ensueño, a la lontananza quimérica, a la tesis cósmica. Y el resultado suele ser la poesía, el realismo mágico».
Alone en El Mercurio, 11-2-1951.
«Expresión de una búsqueda tan sincera de los valores sudamericanos y la fuerza indiscutible de un talento literario tan vibrante que, por encima de toda consideración analítica, vence y arrebata las lentas objeciones del “crítico” de diccionario, lupa y escalpelo… Es una “ópera omnia” sobre su generación y sus luchas, una “summa teologica” sobre el paisaje».
Santiago del Campo, «Miguel Serrano y el sentimiento trágico de Chile» en El Mercurio, 17-9-1950.
«Guardando las proporciones, “Ni por Mar ni por Tierra” es una especie de “Divina Comedia”, sobre Chile y América del Sur».
«“Ni por mar ni por tierra” abrió un nuevo sendero…» en Vea, octubre 1950.
«Nosotros, como él, vivimos dramáticamente pendientes de la guerra, y cuando esta se resolvió en un túnel de sombras para la “elite” del mundo, creímos perdida hasta la razón de vivir. En Serrano, espíritu exquisitamente introvertido y sensible, la tragedia alcanzó dimensión cósmica. Este libro nos ofrece una radiografía de ese martirio interior, pues Miguel Serrano sufre por toda “la generación perdida” de Chile».
Julio Velasco, «Al margen de un libro de Miguel Serrano» en Estanquero, 30-9-1950.